El desarrollo del Liderazgo personal tiene como finalidad alcanzar resultados óptimos dentro de la organización a través de diferentes características que potencialicen las habilidades gerenciales que se encuentran dirigidas para la integración de los colaboradores y así obtener los objetivos planteados; así mismo desarrollar la habilidad de convertirse en un semillero de líderes en los equipos de trabajo.

 

El potencial que existe al edificar liderazgo personal se centra en el desarrollo de un ambiente de trabajo cimentado, en una base de confianza y fortalecido en actitudes de orden y respeto entre el liderazgo gerencial y el equipo de trabajo.

 

A través de este artículo aprenderemos a trazar principios fundamentales que nos permitirán impactar positivamente en nuestros equipos de trabajo. Estos lineamientos de transformación interna potenciarán nuestras habilidades para influir en los demás; pero sobre todo, aprenderemos a desarrollar un principio de lealtad profunda a un plazo duradero.

La base de estos principios están sustentados a través del famoso escritor Stephen R. Covey, autor del libro “Liderazgo Centrado en Principios.”:

 

Rasgo 1.  Nunca te declares producto terminado.

 

El Liderazgo personal es capaz de centrar su desarrollo, no en una posición que refleje sabiduría absoluta, sino en crear una conciencia de superación constante, es decir, desarrollar una capacidad para reconocer que en la medida en que su mente se expande, el conocimiento se hace más pequeño; prevalece una capacidad de visualizar el amplio terreno de conocimiento que se habilita cuando aprenden algo nuevo.

 

Siempre manteniendo la convicción que cuando culminamos un nuevo aprendizaje, como puede ser el terminar una carrera profesional, en realidad no hemos terminado, sino que alcanzamos un nuevo punto de partida pero con una gran diferencia, lo hemos hecho evolucionados, transformados, porque jamás podremos ser los mismos del punto A al punto B.

 

Así que el principio fundamental para ejercer tu liderazgo personal es que leas, investigues, te conviertas en un arrebatado hambriento por el conocimiento, logrando así expandir una mente sabia, ambiciosa por escuchar a otros, ambiciosa por asistir a cursos, seminarios, diplomados, post grados, etc.

 

Rasgo 2. Vive para servir.

 

El liderazgo personal es capaz de potenciar el auto estima, cuidar y dar servicio a sí mismo, solo así, será capaz de percibir los resultados que puede obtener sirviendo a los demás con el objetivo de llevarlos a donde quieren llegar; es entonces cuando el servicio toma una transformación que pasa de un principio a una verdadera misión de vida colectiva. El liderazgo personal toma un rumbo común capaz de convertirse en la llave para abrir las puertas que tornan inaccesibles para ellos, convertirse en esa figura inspiracional que conecta de un mundo ordinario a un mundo singular en donde descubrirán un potencial individual para tomar las riendas de su destino.

 

Rasgo 3. Mantén una energía positiva.

 

Todos los seres humanos sin excepción pasamos por momentos de felicidad, pero también por momentos de quebranto. El liderazgo personal es capaz de lograr esa capacidad de superar circunstancias negativas, es decir, potenciar ese talento para ser resiliente y potenciar esa actitud mental positiva que en consecuencia contagiará al equipo de trabajo de ese entusiasmo y esperanza de construir un futuro cada vez más sobresaliente. Recuerda que lo positivo atrae lo positivo y lo negativo …

 

Rasgo 4. Deposita confianza en los demás.

 

Una persona que construye el liderazgo personal comienza por creérsela, es decir, trabaja de manera constante en su mente, seguridad y autoestima para mantener en su consciencia esa capacidad de alcanzar sus objetivos.

 

Así podrá reconocer que el potencial de los resultados se encuentra en el talento de cada uno de los miembros de su equipo; de hecho cree en el potencial que ni siquiera conoce en los integrantes, pero además es agente para potenciar errores y debilidades para el crecimiento y desarrollo de los demás.

 

Rasgo 5. Ejecuta acciones en balance.

 

Esta característica en el liderazgo personal mantiene una capacidad de reconocer de manera constante que el ser humano es un ser imperfecto e inmerso en posibilidades de convertirse en una mejor versión de sí mismo cada día.

 

Gracias a esta conciencia personal entre virtudes y defectos, es importante reconocer que la vida es dual, que existe la noche pero también el día, que existe la felicidad pero también la tristeza, lo que mejor conocemos el bien y el mal y dentro de esta dualidad un líder centrado en este principio es capaz de visualizar que no existen los extremos, sino todo lo contrario, es capaz de identificar diferencias y conflictos desde lo individual hasta lo colectivo y al reconocer estos factores son capaces de tomar las riendas de la mejor manera para alcanzar objetivos prioritarios desde lo personal hasta los de tu equipo de trabajo.

 

Tomando en cuenta estos factores de personalidad individual y colectivos, enfocar estrategias de balance entre conocimientos adquiridos en el pasado, la conciencia de los objetivos trazados en el presente y la visión diseñada del futuro, permitirán el desarrollo de un liderazgo personal proactivo y ese liderazgo visible en los equipos de trabajo.

 

Rasgo 6. Centran una aventura en cada experiencia de vida.

 

Existe un porcentaje de la humanidad que es capaz de soñar y no solo soñar, sino soñar en grande, pero además de esa capacidad de soñar se muestran conscientes de las dificultades que la vida propone en cada paso del andar y aquí me gustaría citar las palabras del actor Sylvester Stallone en la película Rocky Balboa:

 

“Nadie te golpeará tan fuerte como lo hará la vida. Y no importa lo fuerte que puedas golpear, importa lo fuerte que pueda golpearte y seguir avanzando … Todo lo que puedas resistir y seguir luchando  … ¡Eso es lo que hacen los GANADORES!”

 

Un líder que ha sido construido desde el interior, sabe perfectamente que la vida es incierta, pero al mismo tiempo sabe que en su lucha confrontará muros y una serie de retos que valen la pena conquistar, así es, conquistar esos caminos inexplorados, expuesto a los demonios de la incertidumbre pero que sabe que descubrir cada parte de ellos, sumara no sólo conquistas, sino grandes experiencias de vida.

 

Rasgo 7. Descifra y ejecuta la correlación del trabajo en equipo.

 

Un principio centrado en hacer sinergia contigo mismo, representa descubrir una correlación entre conocerse, aceptarse, reconocerse, valorarse y elegir un camino en el desarrollo del autoestima y así estructurar firmeza, seguridad y confianza de frente a los retos personales y profesionales que la vida nos pone día con día.

 

La suma de estas cualidades son capaces de fortalecer la comunicación entre lo que soy y en lo que me puedo convertir. Cada uno de ellos complementan el camino de un despertar interior y un ejecutar exterior.

 

Este desafío personal es capaz de construir un puente de comunicación desde escuchar, responder, reflexionar y cooperar consigo mismo con el único fin de mantener los objetivos individuales, colectivos y organizacionales enfocados en el mismo fin.

 

Rasgo 8. Acostúmbrate a la transformación individual.

 

Hemos llegado al principio del mismo principio del ser humano. Como te comenté, dentro de estos rasgos de desarrollo personal, nunca, jamás podemos declararnos producto terminado.

 

Soy padre de dos maravillosos seres que procreamos mi esposa y yo, y estoy convencido que ellos se han convertido en los maestros para mi desarrollo personal, porque simple y sencillamente, gracias a ellos he aprendido a convertirme día con día en una mejor versión de mi mismo.

 

Cito a uno de mis autores favoritos: “Podemos tener más de lo que tenemos, porque podemos convertirnos en más de lo que somos.” - Jim Rohn.

 

Cuida cada parte de tu cuerpo, medita en la esencia de tu alma, educa cada parte de tu mente y trabaja en cada rincón de tu corazón porque ahí habita lo más profundo de la emoción

 

Este rasgo complementa la esencia de los demás, trabaja en ti, por ti y para ti, aunque suene egoísta. Es imposible comenzar un cambio exterior sin  comenzar por un cambio interior.